Esta es la causa más común de flujo vaginal en mujeres en edad reproductiva. La misma no es una real infección si no que se produce por una alteración de la composición de la flora vaginal.
Normalmente, la vagina presenta grandes cantidades de una bacteria normal denominada, lactobacillus, la misma se encarga de defender a la vagina de otras infecciones por medio de diferentes estrategias.
Cuando por diferentes motivos, la cantidad de lactobacillus en la vagina disminuye, se producen una serie de modificaciones en las condiciones de la misma que facilitan el desarrollo y proliferación de otros gérmenes que terminan remplazando al lactobacillus.
La proliferación de estos gérmenes no habituales, genera la producción exagerada de el flujo vaginal típico de esta patología. Por lo tanto esta no es una real infección, si no un desbalance en la flora normal de la vagina.
La correcta identificación y tratamiento de la misma es importante, por que esta alteración local de las defensas de la vagina aumenta el riesgo de contraer otras infecciones como las enfermedades de transmisión sexual. También se ha visto asociada a algunas complicaciones durante el embarazo.
Como se explicó esta patología no se adquiere durante las relaciones sexuales, por esto la pareja no debe ser tratada cuando se hace diagnóstico. Pero, si se asocia a ciertos elementos de las relaciones sexuales como el no uso de preservativos, o la presencia de semen en la vagina los cuales pueden alterar la flora normal.
Médica del Servicio de Ginecología del Hospital Italiano de Buenos Aires.
Factores de riesgo
Si bien el desarrollo de esta patología depende en algunos casos de ciertas condiciones propias del paciente, ciertas conductas pueden favorecer el desarrollo de la misma.
- Las duchas vaginales.
- Los desodorantes, perfumes o antisépticos colocados en la zona.
- El permanente uso de protectores diarios
- El uso de ropa interior sintética o muy apretada.
- El tener múltiples parejas sexuales
- El hábito de fumar.
Signos y síntomas
En general el síntoma cardinal de esta patología es el desarrollo de un flujo vaginal abundante que humedece la ropa interior. El mismo es blanco grisáceo, abundante y típicamente mal oliente con olor a pescado podrido. Este olor tiende a agravarse durante las relaciones sexuales y el período menstrual.
En general los pacientes no presentan irritación o prurito en los genitales.
El diagnóstico en general puede hacerse durante el examen ginecológico de rutina, a pesar de que existen algunos test más específicos que pueden certificar este desbalance en la flora vaginal o sus consecuencias.
Tratamiento
El mismo puede hacerse en forma oral o por medio de óvulos introducidos en la vagina.
Existe un 30% de pacientes que presentan episodios recurrentes, por ejemplo una recaída 3 meses después de finalizado el tratamiento. En estos pacientes, como en todos los que presentan un primer episodio de vaginosis, se debe dar una amplia consejería con respecto a la modificación de ciertas conductas que predisponen a alterar la flora de la vagina.
Se debe recomendar:
- Evitar las duchas vaginales
- Utilizar preservativos, evitar el contacto de la vagina con semen un mes luego de finalizar el tratamiento
- En algunos pacientes se recomienda realizar esquemas de tratamiento alargado
- Para pacientes con episodios recurrentes, se debe discutir con el médico el uso de tratamientos preventivos que permitan fortalecer la estructura defensiva de la vagina.
Los datos contenidos en la presente nota son brindados a título meramente informativo, y están dirigidos para nuestras pacientes. Esta información no reemplaza de ninguna manera la consulta con su médico de cabecera, ante cualquier duda consulte con el mismo.