Tips:

  • Los quistes de ovario pueden formarse en mujeres de cualquier edad y la mayoría son de etiología benigna
  • Las manifestaciones clínicas además del dolor abdominal, son variables según el tipo, tamaño y ubicación de los mismos, como así también la posibilidad de complicaciones.
  • El examen físico incluyendo tacto vaginal, como la ecografía transvaginal, son herramientas fundamentales en el diagnóstico
  • El tratamiento varía según múltiples factores desde la observación hasta la cirugía.
  • La formación de un quiste en el ovario, una situación que puede presentarse en mujeres de cualquier edad, consiste en el desarrollo de un saco de tejido dentro del mismo ovario con contenido variable en su interior.

    La mayoría son pequeños y desaparecen espontáneamente, aunque existe un subgrupo que no lo hará y debe ser resuelto con algún tratamiento. También algunos por adquirir un mayor tamaño, pueden causar algunas complicaciones en el abdomen y necesitaran ser extirpados.

Síntomas:

El dolor y la sensación de peso o molestia abdominal, que pueden aparecer en episodios agudos o subagudos, tienden a permanecer en el tiempo, e incluso pueden aumentar luego de ciertas actividades como las relaciones sexuales o el ejercicio.

Otros síntomas asociados posibles:

  • Modificaciones en las características de los períodos menstruales, aunque la mayoría de las pacientes con ciclos menstruales irregulares no tienen un quiste de ovario.
  • Necesidad de ir repetidamente al baño, muchas veces por compresión de la vejiga.
Entre las posibles complicaciones, podemos mencionar:
  • Torsión: Complicación que se produce como consecuencia de que el mayor peso del ovario predispone a que este rote sobre su eje y altere el flujo sanguíneo del ovario causando mucho dolor abdominal
  • Ruptura: Que genera un cuadro de dolor abdominal por la caída del contenido del quiste dentro del abdomen
  • Cáncer de ovario: A veces éstos son la manifestación de esta patología, pero más del 90% de los quistes no son cancerosos.

Clasificación:

Los especialistas concuerdan en que existen dos subgrupos de quistes de ovario, cuya frecuencia depende fundamentalmente del período de vida en el que esté la paciente. En la postmenopausia, si bien la mayoría de los quistes que se desarrollan no son cancerosos, las posibilidades de malignidad ante una nueva formación son mayores en esta etapa.

Los dos subgrupos mencionados son:

Funcionales:

Quistes que se desarrollan durante el proceso mensual de ovulación, y dentro de ellos existirían dos subtipos, los foliculares que como su nombre lo indica se desarrollan desde un folículo (la estructura donde está contenido el óvulo) y los luteínicos, que se desarrollan desde el cuerpo lúteo (la estructura que se forma luego de la liberación del óvulo). Estos son los más frecuentes en mujeres premenopáusicas. Ambos tipos son benignos y en general se resuelven espontáneamente sin tratamiento.

Patológicos:

Quistes que se desarrollan dentro del tejido ovárico independientemente de su ciclo mensual. Dentro de ellos se destacan los quistes dermoides que son quistes en cuyo interior puede haber una variedad de tejidos como pelos, dientes o grasa, como consecuencia de las células que lo forman, siendo muy frecuentes en mujeres de entre 20 y 40 años. Los cistoadenomas son otros quistes que se forman a partir del tejido que recubre la superficie del ovario.  Por último mencionaremos a los endometriomas que son quistes con contenido achocolatado que se desarrollan en el ovario a partir de una patología denominada endometriosis.

Diagnóstico:

En pacientes que tienen una sintomatología sugestiva, es importante que el ginecólogo realice un exhaustivo examen físico que en la mayoría de los casos incluye la realización de un tacto vaginal. En cuanto a los estudios complementarios la ecografía ginecológica transvaginal, es hoy uno de los métodos más importantes desde el punto de vista diagnóstico. Un examen de sangre llamado CA 125 puede también ser necesario en algunos casos, como así también otras pruebas adicionales.

Tratamiento:

En la selección del tipo de tratamiento intervienen varios factores además de las características del quiste, como lo son la edad de la paciente, el cuadro clínico, etc. Las opciones van desde la observación hasta la cirugía tanto por vía convencional o laparoscópica.