Este novedoso estudio que aporta información útil en determinadas circunstancias, en general adicional a la evidenciada por mamografía, consiste en obtener imágenes a partir de generar un campo magnético alrededor del área del cuerpo que se examina. Normalmente los estudios mamarios utilizan un material de contraste inyectable, lo que mejora la capacidad diagnóstica al clarificar detalles del tejido mamario.
Si bien el rol de este estudio está evolucionando, la resonancia según la evidencia disponible, no reemplaza ni supera a la mamografía, esto quiere decir que está última continúa siendo el estudio de elección para evaluación inicial.
Uno de los problemas que presenta la Resonancia Magnética, es la mayor posibilidad de detectar imágenes mamarias que no representan cambios malignos, y que terminan en algunas situaciones con la indicación innecesaria de biopsias.
Otro problema, es la poca disponibilidad de equipos adecuados, ya que los resonadores destinados a la evaluación mamaria utilizan bobinas especiales que no son las mismas que se utilizan para evaluar otras áreas de la anatomía.
Aunque no hay una total concordancia de sus indicaciones entre los expertos, las situaciones en las cuales este estudio se indica en conjunto a la mamografía, son por ejemplo las pacientes jóvenes de alto riesgo para cáncer de mama o la evaluación de ciertos tipos especiales de presentación de la enfermedad. También son utilizadas para la evaluación de algunas pacientes con implantes mamarios.
Como se dijo, la misma se indica junto con la mamografía ya que a pesar de su importante capacidad diagnóstica, no detecta algunas lesiones que si aparecen durante la mamografía.
